Benjamín Herrera debuta con éxito en nueva categoría en el Campeonato del Mundo FIM EnduroGP
- Un fin de semana lleno de emociones se vivió en Portugal en la primera fecha de la competencia más importante del Enduro. Hasta aquí llegó el piloto nacional quien debutó en la categoría E2, logrando un tiempo de 57:18.25, que lo posicionó undécimo en la tabla. El piloto no estuvo exento de dificultades, un robo marcó su debut, sin embargó logró salir adelante.
El pasado viernes comenzó la primera fecha del Campeonato del Mundo FIM EnduroGP en la localidad de Fafe, Portugal. Hasta allí llegó el piloto talquino Benjamín Herrera, quien aceleró a fondo para iniciar la temporada 2024 con todo, y aunque se enfrentó a dificultades técnicas y un robo de su equipamiento, debutó con éxito en la categoría E2, la más difícil del certamen, donde obtuvo la onceava posición.
Todo comenzó el día viernes con la primera jornada de test donde le piloto talquino llegó en segundo lugar. Sin embargo la noche de ese mismo día el equipo sufrió el robo de parte de su equipamiento dejando a Benjamín sin sus rodilleras para montar con seguridad al día siguiente la moto. A esto se le sumó la lluvia de la madrugada, y un problema técnico y de reglamento. “Por temas de una nueva regla, mi moto no estaba pasando las verificaciones de sonido por lo tanto se tuvo que hacer modificaciones que no me acomodaron porque cambió harto. Me fui acostumbrando y mejorando, estoy contento con el tiempo que se logró”, comentó el atleta Red Bull.
El británico Nathan Watson se llevó el triunfo de la primera ronda con un tiempo total de 53:41.95. Herrera, por su parte, llegó a la meta cuando el cronómetro marcaba 57:18.25, lo que significa que estuvo a tan sólo tres minutos y medio del ganador, lo que evidencia el altísimo nivel de los rivales en esta categoría.
Con las modificaciones en la moto, Benjamín se encuentra optimista de lo que pasará este fin de semana en Valpaços, Portugal, esperando tener tan buenos resultados como en el test de Fafe y preparado para desafiarse una vez más con los mejores del mundo.