Dos historias de mujeres empresarias en el Día Mundial del Emprendimiento Femenino
Las cifras más recientes sobre emprendimiento en Chile hablan de que, tal como ocurre en otras áreas de la economía en términos de paridad salarial u ocupación de altos cargos de dirección, las mujeres no tienen igualdad de condiciones frente a sus pares hombres. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM) 2020, menos del 45% de los emprendimientos en etapa inicial y solo el 38% de los nuevos emprendimientos involucró a una mujer ese año en Chile.
Sin embargo, en términos de cómo las mujeres se están situando frente a la necesidad y a las ganas de emprender, ellas no se quedan atrás, ya que el 52% de las mujeres considera que hay oportunidades de emprendimiento en el país, y el 89% cree que tiene las capacidades necesarias para emprender. También hay cifras halagüeñas respecto al impulso del emprendimiento femenino.
Tal como lo señala un reporte del Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI), en 2020 hubo un aumento del 109% en comparación con 2019 en lo que a mujeres titulares de marcas respecta. Por otro lado, las solicitudes que incluyeron -al menos- una mujer titular en proyectos empresariales aumentaron un 101% en comparación con el mismo período.
En este sentido, la tecnología de Epson se presenta como un gran aliado para convertir ideas de negocio en emprendimientos exitosos, gracias a la flexibilidad y adaptabilidad de sus productos a distintas circunstancias.
Por ello, desde la compañía japonesa destacan en este Día Mundial del Emprendimiento Femenino, dos casos emblemáticos en los que la tecnología de Epson ha podido contribuir a convertir en realidad esas ideas: Catalina Saavedra, creadora de Mundo Banderas, y Carolina Bezanilla, al frente de Papel Pintado.
La primera, en plena crisis sanitaria y contra todo pronóstico, utilizó la sublimación textil de Epson para reinventar Mundo Banderas, el emprendimiento que hoy, gracias a la producción de mascarillas, figura como una pyme que surfeó de manera exitosa la crisis, obteniendo incluso mejores resultados en términos de facturación.
“Cuando llegó la pandemia se me ocurrió hacer mascarillas y logramos la versión en tela y antitranspirante de la KN95, que dura al menos 50 lavados sin perder el filtro. Comenzamos a vender mucho y a una velocidad sorprendente por Mercado Libre y plataformas digitales, no solo a particulares sino sobre todo a empresas de servicios de salud, retail y otras”, explica Catalina, quien tiene una historia épica de emprendimiento, con fracasos incluidos.
En 2011, visualizó un nicho de negocio para sublimar banderas que eran demandadas por empresas y corporaciones a lo largo de todo el país, explorando las posibilidades que aportaba la sublimación textil, la técnica que permite idear cualquier diseño y transferirlo por medio de calor a las telas.
“Antes de eso, el 2010 viajé a China e importé máquinas carísimas, todas malas y quebré. Pero en eso apareció Epson y fui una de las primeras que en Chile les compró una impresora de sublimación. Con estos equipos me cambió la vida cien por ciento, porque al industrializar la fabricación de banderas, irrumpimos y ganamos en el mercado”, sostiene.
Vestir muros con arte
El segundo caso emblemático es el de Papel Pintado, con el que Carolina Bezanilla se ha convertido en una referencia internacional de emprendimiento basada en el arte decorativo de vestir con papeles murales para distintas instalaciones.
Similar a lo que ocurre en la industria de la moda, Papel Pintado propone dos colecciones de papeles murales cada año en las que se trabaja dedicadamente en cada una de las propuestas, abarcando públicos muy diversos que pueden ser niños, jóvenes, hombres o mujeres. El uso que se les da puede ser para instalaciones en casas, tiendas, oficinas e incluso edificios patrimoniales, en cuyos muros imprimen tendencias internacionales del mundo del arte, creando ambientes especiales y únicos.
“Trabajar con productos nacionales y con una asesoría local de Epson también nos ha permitido diferenciarnos, porque su capacidad de respuesta rápida nos permite, al mismo tiempo, que nosotras también podamos dar soluciones casi inmediatas a nuestros clientes, algo que no podríamos hacer si dependiéramos de proveedores y asesoría del extranjero. Esa apuesta por traer tecnología al país es un desafío enorme que nos ha permitido también ir creando un nicho para imprentas y fabricantes locales de papel y abrir nuevos mercados para la industria nacional, algo que me tiene muy contenta”, finaliza Carolina.