Menos productividad, enfermedades cardíacas y artritis: los efectos de una mala salud bucal
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Según el estudio de Procter & Gamble, aproximadamente 3.5 mil millones de personas en todo el mundo padecen enfermedades bucales, donde los adultos mayores se encuentran particularmente en riesgo.
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En Chile, el 62% de la población percibe su salud bucal como regular, mala o muy mala, y el 51% no ha visitado al dentista en el último año, según el Estudio de Opinión «Salud Bucal en Chile» de la Facultad de Odontología de la Universidad de los Andes.
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El costo de subestimar la importancia de mantener una salud bucal adecuada se manifiesta de manera sorprendentemente clara en el ámbito económico.
En un mundo donde la salud es un tesoro invaluable, a menudo relegamos la salud bucal a un segundo plano, concentrándonos en otras preocupaciones médicas. Sin embargo, un estudio reciente realizado por Procter & Gamble en 20231 sobre el impacto económico de la enfermedad de las encías y la salud bucal, destaca la importancia crítica de mantener una buena salud bucal y revela el impacto económico devastador de las enfermedades de las encías en la vida de las personas. Este estudio nos recuerda la conexión entre la salud bucal, la calidad de vida y la economía global.
La salud bucal es mucho más que un aspecto estético. Tiene un impacto profundo en nuestra capacidad para alimentarnos, comunicarnos y mantener relaciones interpersonales. Según el estudio aproximadamente 3.5 mil millones de personas en todo el mundo padecen enfermedades bucales, y los adultos mayores se encuentran particularmente en riesgo.
En Chile la cifra es dramática, pues según el Estudio de Opinión «Salud Bucal en Chile» realizado por la Facultad de Odontología de la Universidad de los Andes, se destaca que el 62% de los chilenos considera que su salud bucal es regular, mala o muy mala, encontrando además que, un 51% de los chilenos no ha ido al dentista en el último año. Por otro lado, según el estudio de la Universidad de la Frontera, el 90% de los adultos mayores presenta una alta prevalencia de caries dental y enfermedad periodontal, siendo esta cifra inquietante, ya que a medida que la edad aumenta, también se observa un incremento en la incidencia de caries, lo que conlleva la posibilidad de desarrollar inflamaciones crónicas de las encías, pudiendo derivar en problemas de salud graves, tales como:
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Enfermedades cardíacas: las inflamaciones crónicas de las encías, como la gingivitis y la periodontitis, pueden ser un caldo de cultivo para bacterias dañinas que ingresan al torrente sanguíneo. Esto puede desencadenar una respuesta inflamatoria en todo el cuerpo, incluido el sistema cardiovascular, lo que potencialmente aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas y afecciones como la endocarditis, una infección del revestimiento interno del corazón.
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Artritis: la conexión entre la salud bucal y la artritis radica en la inflamación sistémica. Las mismas bacterias responsables de las enfermedades de las encías pueden desencadenar una respuesta inflamatoria en las articulaciones. Esto podría agravar la inflamación asociada con la artritis reumatoide y empeorar los síntomas de quienes ya padecen esta afección.
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Deterioro cognitivo en pacientes con Alzheimer: algunas investigaciones sugieren que existe una relación entre la salud bucal y la salud cognitiva2. Las bacterias asociadas con enfermedades de las encías pueden ingresar al cerebro a través de la sangre o nervios, desencadenando una respuesta inflamatoria que podría afectar las funciones cognitivas. Esto es especialmente relevante en pacientes con Alzheimer, donde la inflamación adicional podría acelerar el deterioro cognitivo.
Estos ejemplos ilustran cómo la falta de higiene bucal adecuada puede permitir que las bacterias se propaguen, lo que a su vez puede contribuir al desarrollo y empeoramiento de condiciones graves en otras partes del cuerpo.
Para abordar esta creciente crisis de salud bucal, se requieren enfoques generales y personalizados. Entre las recomendaciones generales se incluye la consulta regular al dentista, el cepillado regular con pasta dental con flúor, la limpieza entre los dientes y una dieta saludable que limite el consumo de alimentos azucarados y bebidas. Una buena limpieza le puede prevenir el impacto en su bolsillo de las consultas odontológicas reactivas, que a día de hoy el precio oscila entre los $20.000 y $40.000 pesos aproximadamente por sesión.
La omisión de medidas preventivas y una atención temprana en temas de salud bucal no solo implica un costo financiero, sino que también da lugar a un efecto en cascada de repercusiones económicas. Según el estudio Global Economic Impact of Dental Diseases (Listl et al, 2015) se entregan varias cifras de costos directos e indirectos de las enfermedades buco dentales. En la zona latinoamericana sur (Argentina y Chile), los costos directos ascendieron a US$2,93M y los indirectos fueron US$1.768,4M (US$10M por dientes temporales, US$201M por dientes definitivos, US$954M por periodontitis y US$603M por pérdida de dientes). A nivel personal, los gastos derivados de tratamientos restaurativos pueden acumularse con el tiempo, impactando el presupuesto de individuos y familias. Además, el sistema de atención médica se ve abrumado por la demanda de intervenciones correctivas, lo que a su vez aumenta la carga financiera para las instituciones de salud y los sistemas de seguro médico.
A nivel macroeconómico, la falta de prevención en la salud bucal puede generar una reducción en la productividad laboral debido a problemas de salud que podrían haberse evitado. Los días de trabajo perdidos y la disminución del rendimiento laboral pueden afectar negativamente la economía. Además, las condiciones de salud bucal no tratadas pueden exacerbar otras condiciones médicas preexistentes, lo que lleva a un aumento en los gastos médicos totales y a una carga financiera adicional para los sistemas de salud.
Es importante reconocer que la inversión en prevención y atención temprana en salud bucal no solo conlleva beneficios médicos y de calidad de vida, sino que también actúa como una inversión financiera sabía. Al adoptar medidas para mantener la salud bucal desde una edad temprana, las personas pueden evitar una serie de problemas costosos a largo plazo. Además, la promoción de hábitos de higiene bucal adecuados y la concientización sobre la importancia de la prevención pueden contribuir a aliviar la carga financiera tanto para los individuos como para los sistemas de atención médica.
En resumen, el análisis económico detrás de la salud bucal nos revela una verdad innegable: invertir en la prevención y el cuidado temprano de la salud bucal no solo mejora la calidad de vida, sino que también protege la estabilidad financiera a nivel personal y sistémico. La suma total de los costos evitados mediante la prevención puede marcar una diferencia significativa, no solo en los bolsillos de las personas, sino también en la salud económica de la sociedad en conjunto.